Leer es una actividad maravillosa. A diferencia de una película o un vídeo, leer exige de nosotros un esfuerzo mental adicional para convertir las descripciones de lugares en imágenes en nuestra mente, a darle voz y entonación a los diálogos que leemos, a ponerle un rostro, un cuerpo a cada personaje, Esto estimula nuestra imaginación y nos invita a soñar despiertos. No solo eso, a diferencia de una película o un vídeo, una lectura es capaz de transmitimos los pensamientos y las emociones de sus protagonistas, nos permite adentrarnos en las mentes de personas muy distintas a nosotros, no solo imaginando cómo visten o caminan o hablan…sino como razonan, cómo sienten, cómo son realmente.

Mis padres estimularon en mí el hábito de la lectura. Mi madre nos leía cuentos antes de dormir y mi padre inventaba historias inverosímiles que amenizaban los viajes en auto. Y esos fueron los dos puntos de partida para adentrarme en ese fascinante viaje que es la lectura, que me permitió conocer mundos inexistentes, tiempos pasados, lugares perdidos y cientos, miles de personajes complejos y fascinantes.

Humildemente, trato de devolver el favor con estas pequeñas historias que espero puedan servir para ayudar a iniciar en ese viaje a sus hijos. Un viaje de descubrimiento que, si se le agarra el gusto, no tiene fin