La Ciudad Silvestre es un conjunto 24 de poemas precedidos de párrafos introductorios que los interconectan para contarnos una historia de amor. Adicionalmente, encontramos un último poema dedicado a lector, el cual pretende ser una nota de disculpa por si el poemario no cumple las expectativas iniciales.
La Ciudad Silvestre narra en primera persona, con un lenguaje dulce y casi cotidiano, el reencuentro de un alma enajenada por la rutina, con ella misma. La historia, casi en su totalidad, se desarrolla en un parque urbano, un parque común y corriente que se convertirá en un mundo aparte para los protagonistas:
E hiciste tuya aquella esquina del mundo
La resguardaste del concreto adyacente
Pusiste un árbol para que te acompañe
Y unas cuantas hormigas.
De esta forma, se recurre al tópico del locus amoenus, representado con la figura y elementos de un parque cualquiera para contrastar los matices que convergen en una sola persona. Lo que fue y lo que lo es, lo quiso ser y lo que resultó, lo que aún puede llegar a ser.
Valoraciones
No hay valoraciones aún.
Añadir una valoración