Estaré allí, a la violeta hora,
dos trópicos a la derecha
de tu alma, y sin demora
a ver si de menos me echa.
En palabras del autor, este poemario buscar entretener y ser didáctico en cada línea. Así, Augusto Guerra nos ofrece un texto donde podemos sentir alegrías, tristezas y un sinfín de emociones, a través de una poesía rítmica, que juega con los sonidos y palabras. Como lector, el poeta se vale de la influencia modernista, reactualizándola y haciéndola suya.
La nada violeta, caracterizada por su aspecto lúdico, no es, como podría parecer, un poemario dirigido solamente a niños —quienes naturalmente podrán leer con disfrute los versos—, sino para cualquier grupo etario, que desee encontrarse en estos poemas.
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