«El escritor. Decenas de personajes, cientos de papeles, miles de anónimos lectores. Y una inmensa soledad. El hombre que pincela historias para ser juzgado de acuerdo con el gusto particular de muchos. El que nunca obtendrá las respuestas que busca incesantemente.
Sencillamente, un nombre en la carátula. Un hombre cualquiera que ahí, mirando esas paredes, volando los ojos hacia el mar y aquel cielo salpicado de gaviotas matutinas, lucha nuevamente por saber quién es: si el bien o el mal, la ficción o la realidad, o una mezcla de todo».

Lágrimas en la arena de Luis Felipe Arias Schreiber nos presenta un conjunto de historias donde emplea agudamente su pluma para presentarnos historias de personajes que, como su título lo indica, padecen a escondidas, son ignorados, abandonados en este mundo y, simplemente, se mimetizaron con lo que los rodea para encontrar cómo encajar o cómo aprovechar aquello que los diferencia de los demás.
Es un libro que nos habla de la singularidad en todas partes y de cómo, poco a poco, ello se conflictúa frente a una realidad que les es esquiva. De ahí que el escritor (tanto como personaje como individuo) sea quien pueda resistir, pues su existencia misma es una batalla.