Nunca pensé que correr en su dirección, se sentiría como andar en las tinieblas. Entonces lo entendí, el miedo a atravesar un ataque de pánico es proporcional a caminar sobre una cuerda floja cuando no tienes equilibrio. Es sentir que no hay soporte, que no estas sujeta a ningún lugar; que buscas algo que no sabes si estás dispuesta a soportar.

Quizá, sea conveniente pensar si debemos sacar la mugre que se acumula en nuestra cabeza y corazón, antes que los fantasmas se multipliquen y terminen mirando al vacío que en algún punto, todos tenemos en nuestro interior.

Después de todo, la magia no existe sin el caos.